Una arquitectura sustentable de líneas contemporáneas, un bosquecito de árboles nativos, el musical canto de las aves autóctonas y la frescura de una acequia que atraviesa el predio, hacen de este complejo un lugar ideal para el descanso y el disfrute pleno de la naturaleza.
La hermosa imagen de un desbande de pájaros sobre la hierba adorna el amplio portal de hierro que franquea la entrada al espacioso SUM, a las dependencias administrativas y a la zona de parrilla y piletas.
Por un camino de piedra sombreado por pérgolas se accede a las cabañas, pintadas de colores vivos, funcionalmente equipadas y rodeadas de vegetación.
Los cuadros que las decoran son de autoría de la arquitecta Isabel Molina, una de sus dueñas.
El nombre del complejo, Verde Memoria, constituye un homenaje a Antonio Esteban Agüero (1917-1970), el poeta puntano oriundo de Piedra Blanca, y alude a su autobiografía titulada “Verde Memoria o la educación de un poeta”.
En su constante búsqueda de valores esenciales, Agüero cantó con amor y profundidad a la gente, al paisaje y a la historia de su “pequeño país”, como él llamaba a su tierra natal.
Bajo su inspiración, nuestra propuesta vacacional invita a una inmersión placentera en el sosiego de la naturaleza lugareña.
Para decirlo con sus versos:
Un día, siquiera, por semana
Ensayemos el oficio humano:
Paremos el reloj,
Ocultemos el calendario;
No abramos periódico ni libro,
Ni escuchemos radio,
Y tomemos un ómnibus cualquiera
Que nos conduzca al campo.
Y una vez allí, busquemos un sitio solitario, entre los pinos
Y los álamos
A la vera del agua, si el arroyo
Quiere ofrecernos su cristal cercano,
O en la abierta llanura donde el viento
Galopa con los caballos.
Y vivamos,
Sí, nada más,
Vivamos,
Mientras crece la luz, y la marea
De la savia asciende por arterias de árbol;
Vivamos, mientras vuelan insectos, y las nubes
Livianas y lentas como barcos
Viajan al sur, y el aire
Conduce pájaros;
Sí, nada más,
Vivamos, en reposo total como la hierba
Que nos da su regazo
De vez en vez oyendo
El oscuro corazón del mundo
Que late soterrado.
Sí, nada más,
Vivamos,
Solamente vivamos.
Canciones para la voz humana, 1973